Quisiera decirte algo sobre Dios.
Es terrible, sin misericordia,
sin la misericordia que nosotros esperaríamos.
Muchas veces pensamos en Dios
como nuestro padre o nuestra madre:
Él es más grande.
Y le exigimos que sea justo,
en nuestro sentido, pero no lo es.
Y cualquiera que sea nuestro destino
sea leve o grave,
bueno o malo,
Él lo dirige
sin atender a nuestros deseos,
y Él lo dirige de manera que nosotros
tengamos que sufrir y morir.
Y aquello que a nosotros nos parece horrible,
para Él no vale nada.
Y la religiosidad,
la actitud religiosa, significa:
“Me inclino ante todo esto tal como es,
tal como sea el propio destino,
y renuncio a la esperanza
y a la felicidad que sueño”.
Y lo curioso es que
si nos sometemos a esto,
si nos entregamos simplemente a ello,
nos encontramos como llevados en brazos,
y todo se vuelve más grande,
mucho más grande
y más pleno.
Bert Hellinger
Es terrible, sin misericordia,
sin la misericordia que nosotros esperaríamos.
Muchas veces pensamos en Dios
como nuestro padre o nuestra madre:
Él es más grande.
Y le exigimos que sea justo,
en nuestro sentido, pero no lo es.
Y cualquiera que sea nuestro destino
sea leve o grave,
bueno o malo,
Él lo dirige
sin atender a nuestros deseos,
y Él lo dirige de manera que nosotros
tengamos que sufrir y morir.
Y aquello que a nosotros nos parece horrible,
para Él no vale nada.
Y la religiosidad,
la actitud religiosa, significa:
“Me inclino ante todo esto tal como es,
tal como sea el propio destino,
y renuncio a la esperanza
y a la felicidad que sueño”.
Y lo curioso es que
si nos sometemos a esto,
si nos entregamos simplemente a ello,
nos encontramos como llevados en brazos,
y todo se vuelve más grande,
mucho más grande
y más pleno.
Bert Hellinger
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