Ni en toda una vida...

Ni en toda una vida podríamos llegar a admirar la belleza de cuanto existe en este pequeño planeta que gira como una mota de polvo en medio de un infinito e incomprensible cosmos.
Nos perdemos en la inmensidad de los fondos abisales, impenetrables, y en la oscuridad de la hipotética galaxia que quizá pudiera hallarse al fondo del cálculo cibernético.
Desconocemos el punto esencial del inicio de una vida y de su conclusión. Desconocemos por qué enfermamos o por qué sanamos.
Ignoramos todo lo realmente importante.
Sólo El Compasivo tiene todas las respuestas. Su grandiosidad amorosa nos envuelve y nos protege. Y nuestra efímera vida se vuelve, con Él, una inmedible sucesión de momentos de luz y de misterio...