El genocidio de los armenios de Anatolia se produjo por orden del gobierno de los Yeni Türkler (Jóvenes Turcos) entre abril de 1915 y julio de 1916. Los armenios hablan de 1,2 millones de personas asesinadas, mientras que los gobiernos turcos que sucedieron al régimen otomano situán la cifra en cerca de 200000. Para los armenios (y una buena parte de la opinión mundial) se trató de un diseño genocida sofisticado, cuyo objetivo era homogeneizar étnicamente Anatolia, exterminando o dispersando-asimilando a las minorías. Los cristianos (armenios y griegos) serían eliminados y los musulmanes (árabes y kurdos) repartidos por las regiones de forma que nunca constituyeran más del 10% de la población.La tesis oficial turca se refiere a un contexto bélico en el que los otomanos consideran que las minorías cristianas son aliadas del enemigo. Las masacres serían un elemento más dentro de un contexto global de muertes masivas en diferentes lugares y modos.
Lo cierto es que muchos de los responsables genocidas del régimen Yeni Türkler se sumaron entusiastas al movimiento refundador nacionalista de Kemal Atattürk. Por ello, el tema armenio ha sido absolutamente tabú en Turquía, ya que aceptar el genocidio podría hacer tambalearse pilares de todo el edificio republicano. Ni siquiera el AKP de Erdogan puede arriesgarse a provocar tal tensionamiento.
Por su parte, son numerosos los turcos étnicos que están dando pasos valerosos para "pedir perdón" por el genocidio armenio. Historiadores están publicando investigaciones muy serias (desde el exterior de Turquía) que hablan de actitudes muy diversas entre la población turca y kurda de la época. Así, se sabe que hubo ejecuciones de gobernadores y autoridades locales que salieron en defensa de los armenios. Pueblos enteros de "justos" preguntaron a las autoridades que les impulsaban a matar armenios "dónde aparece en el Quraan que se puede asesinar a mujeres y niños". Los sectores musulmanes en muchos casos estuvieron al margen de las matanzas e históricamente el turco musulmán las ha asociado más bien al proyecto nacionalista laico que comenzó a fraguarse en Anatolia desde los Yeni Türkler.
Lo cierto es que "la hora europea", el proyecto de integración de Turquía y de Armenia, a medio plazo, en la UE, así como las urgencias del desarrollo regional, están acercando a los gobiernos de Ankara y Yerevan. Turquía necesita hacer un "deber de memoria" respecto al genocidio armenio y aligerar la cuestión turcochipriota (depurar los contaminadísimos bancos de la Nicosia turca), así como mejorar las condiciones de vida de las minorías kurda ycristiana. Afortunadamente, existen sectores importantes de la sociedad civil turca que están movilizándose en esa dirección.
(para más información sobre el genocidio armenio:
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