"Después de unos pasos, el extraño se detiene y me dice:
- ¡Viaja!
Se sienta a la orilla del riachuelo e introduce su mano en el agua.
- Si el agua no fluye, se estanca. Convierte la tierra en lodazal. Sé agua. ¡Fluye entre las manos!
- Quiero volver.
- Todos volveremos algún día."
Atiq Rahimi, "Laberinto de sueño y angustia"
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