viernes, 18 de septiembre de 2009

De pizarras digitales y de tarimas

Seguramente, muchos somos conscientes de que la base del problema y de la solución a lo que ocurre en las aulas de colegios e institutos pasa por la educación en familia. El papel de los padres, que son protagonistas en la formación de los valores y perfil de los hijos/alumnos, resulta central.

La presidenta de Madrid está dando que hablar con su proyecto de Ley de Autoridad, que podría convertir a los profesores en personas más dificiles de atacar y atemorizar. Por otra parte, Agirre se atreve con la propuesta de volver a las tarimas "para que el profesor tenga una mejor visión general de los alumnos" y simpatiza con la idea de que los alumnos se levanten cuando entre el profesor en el aula (algo que suena a ciencia-ficción pura en estos tiempos duros que corren...). Todo con tal de provocar una idea de respeto y de diferencia jerárquica, una distancia simbólica que proteja a los profesionales de la tiza.

Sectores progresistas han reaccionado rápidamente diciendo que es más urgente contratar más profesores, tener las aulas con menos alumnos, y otras medidas que quizá podrían rebajar la tensión física "entre les murs"... En todo caso, las iniciativas que vengan del PP serán siempre recibidas como neofranquistas.

Sin duda, muchos chavales siguen teniendo un comportamiento más o menos normal, siguen viviendo en familias no especialmente desestructuradas, convencionales. Pero el sistema educativo hace aguas, por culpa también de tecnócratas inflexibles más cercanos a los gobiernos que a lo que vive y espera la gente de la calle.

Entre tanto, poco a poco surgen alternativas a esta crisis moral, iniciativas exitosas que progresivamente irán visibilizándose, aunque algo más lentamente que las pizarras digitales. Tiempo al tiempo...

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