Hace unos añitos, en 1981 (d.C!), me puse a hacer una cosa que sonaba un poco excéntrica, tenía toda la pinta de ser una pérdida de tiempo: aprender portugués. En Bilbao. En años en que, como algunos recuerdan, los países europeos vivían metidos cada uno detrás de su murito nacional. ¿Estudiar portugués? ¿Para qué? ¿Qué vas a hacer con eso? ¿Mejor que te dediques al inglés o algo más práctico! En fin, os podéis imaginar la situación. El chico y sus puntos raros. Ok.Bueno... pues, la verdad... Mi balance de estos años de lusofonía y de lusofilia es increiblemente positivo. He vivido miles de momentos maravillosos dentro de ese universo cultural, físico y mental.
- He disfrutado de Pessoa y de otros grandes escritores y músicos lusófonos de varios continentes en V.O. sin subtítulos.
- Viajes a Portugal con una inmersión que luego echo a faltar totalmente cuando voy a sitios como Berlín y veo que me quedo fuera de muchas cosas que me interesa vivir. Mañanas en un cafecito del Chiado con mi buen desayuno y mi "O Público" rodeado de belleza lisboeta, mar, pájaros, perspectivas de ir de librerías...
- Salto a Brasil, su gente, su música, y a tope, sin flotador.
- Traducciones de poesía portuguesa.
- Clases de portugués a gente estupenda y de castellano a portugueses super-agradables y encantadores.
- Trabajo como intérprete y traductor, la posibilidad de colaborar como intérprete en ONGs, con lo que implica de cercanía a los relatos de los refugiados africanos etc.
- Múltiples colaboraciones y momentos, porque claro, casi nadie sabe portugués, con lo cual no es tan complicado poder echar una mano en muchos asuntos interesantes, si estás en el momento y lugar adecuados.
Es decir, ¡qué útil y productivo es hacer cosas a las que te lleva tu corazón! Todo sirve. ¡Gracias a Dios!
Aprender português?
ResponderEliminarQue loucura!!!
:-)