La primera vez murió en uno de sus versos.
“Algún tiempo, algún día / pasará mi ataúd sin ceremonia, / un día de viento y lluvia, / sin duda un día sin memoria”. La segunda, en Bilbao, el 11 de diciembre de 2000, a los 49 años.
Abou Azzedin ‘Azzouz Mohamed’, poeta y fotógrafo marroquí, fue enterrado en el cementerio de Derio. Tal y como había soñado, pocos se enteraron de su fallecimiento. Ningún familiar. No dejó direcciones ni teléfonos y resultó imposible averiguarlos. Abou se marchó, sí, pero no le falló la memoria.
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http://www.rebelion.org/noticia.php?id=68183Gorka Andraka)
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