Más allá del resultado de las elecciones presidenciales de ayer, de si realmente ha ganado el lider rusófilo Yanukovich o la ambigua Timóshenko, la cuestión central sigue siendo que
Ucrania no consigue salir de su profunda división entre un oeste
mitteleuropeo ucraniófono y un este culturalmente más ruso y euroasiático. La UE, por boca de Barroso, está manifestando muy explícitamente su decepción por la ausencia de reformas estructurales que disminuyan la corrupción y mejoren la gobernanza global...
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