Impresiona ver cómo los medios europeos siguen las reformas constitucionales marroquíes como si el modelo europeo de democracia parlamentaria fuera el sistema perfecto al que, desde luego, Mohamed VI tiene que llegar. Siguiendo esta linea argumentativa, todo son éxitos para la monarquía constitucional de tipo europeo y para nuestras sociedades, mientras que todo son fracasos e ineficacia para los "pobres atrasados" que todavía no han copiado el modelo. ¡Indignante!
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