Las operaciones de contrabando son habituales en esta frontera, la más oriental de la UE. Los esfuerzos de las autoridades de Rumanía y Bulgaria por blindarla con el objetivo de entrar en el espacio Schengen, donde los ciudadanos de la UE pueden viajar sin pasaporte ni fronteras, han sido hasta ahora en vano.
Un día antes de la interceptación de las 500 cajetillas de contrabando, las fuerzas especiales rumanas se incautaron de más de 200.000 paquetes tras detener a dos guardas fronterizos y a otros contrabandistas implicados en Botosani, a unos 150 kilómetros hacia el Norte. Se trata de personas que intentan enriquecerse a costa del contrabando y cuyo tren de vida se refleja en sus propiedades, con villas de lujo y grandes todoterrenos.
“Se ha resuelto el problema en cuanto al equipamiento tecnológico de los pasos fronterizos”, asegura el director de la Sociedad Académica Rumana, Sorin Ionita, al mismo tiempo que la policía fronteriza rumana con Moldavia patrulla el río Prut con lanchas motoras para detener a cualquier infractor. Ionita reconoce sin embargo que “hay dificultades en el sistema de datos para identificar a las personas”.
Rumanía y Bulgaria han invertido más de 1.000 millones de euros en equipos de vigilancia de alta tecnología, lo que habría sido suficiente para que la Unión Europea accediera a las exigencias de Bucarest y Sofía de unirse al espacio Schengen.
Sin embargo, el nuevo conservadurismo surgido en los Veintisiete por la recesión económica y el fehaciente ultranacionalismo provocó que Holanda y Finlandia rechazaran en septiembre su adhesión. Alegan que sus fronteras continúan siendo vulnerables al crimen organizado y la corrupción. “Si no hubiera una crisis financiera y una creciente efervescencia de la extrema derecha, Bulgaria y Rumanía habrían entrado en el espacio Schengen”, subraya Ionita.
“Queremos asegurarnos de que no exista ningún riesgo de soborno, ya que hemos comprobado la ausencia de buena conducta entre los aduaneros”, señala la embajadora de Finlandia en Bucarest, Ulla Vaisto, ante la negativa de su país.
A mediados de febrero, dos autocares repletos de agentes desembarcaron en Moravita, paso fronterizo con Serbia, para detener a unos 100 colegas de aduanas por contrabando de tabaco. Horas antes, casi 50 aduaneros fueron arrestados en el paso de Siret, en la frontera con Ucrania, por la misma razón.
En este último año, han sido arrestados unos 250 guardias fronterizos y oficiales aduaneros. Según el diario rumano Gandul, esa estadística demuestra que uno de cada cuatro policías fronterizos ha sido imputado por corrupción.
“Los contrabandistas eligen a personas pobres de las zonas fronterizas, que cobran poco por su transporte en comparación con las ganancias obtenidas”, explica el inspector adjunto de la policía de fronteras de Botosani, Cezar Hrisca.
Estos grupos mafiosos prefieren invertir una suma más grande para sobornar a los policías que faciliten su actividad, lo que supone una media de 5.000 euros al día por puesto fronterizo. La corrupción se manifiesta en las despampanantes casas y extensos terrenos de muchos jefes de turno, que suelen percibir un sueldo medio de 500 euros.
Vasile Lincu, miembro de uno de los dos sindicatos de policías y aduaneros, ProLex, ha revelado que existe un sistema piramidal de recogida de sobornos, parecida a una partida de ajedrez, en Rumanía. “Pueden ser sacrificados los peones y algunas veces los caballos [peces gordos de las aduanas], pero nunca las reinas [políticos que usan el dinero sucio para financiar a su partido]”, ha explicado Lincu.
Según Ionita, el sindicato tiene en parte razón, pero añade que debería servir como autocrítica, ya que estas declaraciones surgieron tras producirse los arrestos de algunos de sus miembros.
http://internacional.elpais.com/internacional/2011/11/18/actualidad/1321640563_645921.html
“Los contrabandistas eligen a personas pobres de las zonas fronterizas, que cobran poco por su transporte en comparación con las ganancias obtenidas”, explica el inspector adjunto de la policía de fronteras de Botosani, Cezar Hrisca.
Estos grupos mafiosos prefieren invertir una suma más grande para sobornar a los policías que faciliten su actividad, lo que supone una media de 5.000 euros al día por puesto fronterizo. La corrupción se manifiesta en las despampanantes casas y extensos terrenos de muchos jefes de turno, que suelen percibir un sueldo medio de 500 euros.
Vasile Lincu, miembro de uno de los dos sindicatos de policías y aduaneros, ProLex, ha revelado que existe un sistema piramidal de recogida de sobornos, parecida a una partida de ajedrez, en Rumanía. “Pueden ser sacrificados los peones y algunas veces los caballos [peces gordos de las aduanas], pero nunca las reinas [políticos que usan el dinero sucio para financiar a su partido]”, ha explicado Lincu.
Según Ionita, el sindicato tiene en parte razón, pero añade que debería servir como autocrítica, ya que estas declaraciones surgieron tras producirse los arrestos de algunos de sus miembros.
http://internacional.elpais.com/internacional/2011/11/18/actualidad/1321640563_645921.html
Hola de nuevo, me alegro mucho de ver que has relanzado de nuevo "aici bilbao" Te dejo un enlace muy interesante de parejas españolas y rumanas que acabo de conocer gracias a una amiga rumana que vive en Barcelona
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Te dejo tambien una reciente emision de españoles por el mundo en Transilvania
http://www.rtve.es/television/20111028/bienvenidos-transilvania-corazon-rumania/471639.shtml
La revedere!!!
Multumesc mult!!
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